A las 9.30 de la mañana del domingo, dos autobuses y un montón de niños y papis muy madrugadores, salimos hacia la zona de Sigüenza cargados de ganas de pasarlo muy bien y disfrutar de un gran día en compañía de nuestros amigos del cole.
Llegamos a La Cabrera, un pequeño pueblo enclavado en el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, rodeado de bosque e impresionantes paredes verticales en las que anidan especies como el Buitre Leonado o el Águila Real. No nos encontramos a ninguno de sus 4 habitantes, pero sí con algún otro excursionista que, como nosotros, disfrutaron de un paseo muy agradable a lo largo del río.
Nuestros peques disfrutaron de lo lindo aprovisionándose de jaras para el pelo, palos que usar de bastón y piedras de formas y colores diferentes. Algunos nos hicieron ver lo acostumbrados que están al asfalto cuando decidieron no dar un paso más en una zona de hierbas altas en la que las plantas les rozaban las piernas y todos se sorprendieron al encontrar una cueva de verdad... Incluso alguien pudo ver una culebra de agua en un remanso de aguas cristalinas.
El último de los más de 7 kilómetros que hicimos, fue un poco más pesado, porque había menos sombra y ya teníamos ganas de llegar, pero llegamos en seguida a Aragosa y tras bajar la pronunciada cuesta hasta el merendero que hay junto al río, pudimos disfrutar de la comida en compañía de amigos y compañeros, chapuzones, pistolazos de agua inesperados y sobre todo, mucha diversión.
Creo que las más de 90 personas que acudimos a la excursión estamos contentos con la experiencia y deseando repetir octubre, así que si esta te la perdiste, atento para la próxima convocatoria porque esta vez nos iremos...
¡al Hayedo de la Tejera Negra!. 👏👏
¡Muchas gracias
Inma y Mayte
por invitarnos a participar!
¡Nos vemos a la vuelta!
¡Feliz verano!
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